miércoles, 30 de marzo de 2011

El Cambio.


Sigue lloviendo, aun estoy en el coche. Papá y mamá discuten como siempre y Jean con sus videojuegos. Sam esta dormido en mis pies y yo con mi rock gótico a toda pastilla para no oir a papá ni a mamá.
Mirando por la ventana como caen las gotas de agua y moja las hojas del frondoso bosque que rodea las carreteras pienso en todo lo demás. Hecho de menos el pasado. Mi antigua ciudad... Por lo menos alli hacia sol. Aunque no me explico como puedo ser tan blanca de piel. Mis padres son morenos de piel y mi hermano también. Mi padre es moreno pero ya canoso y mi madre rubia. Mi hermano también. Yo sin embargo tengo el pelo muy largo por el debajo de las caderas llegando al culo. Es una melena lisa y un poco ondulada a la vez negra. Muy negra. Y es natural. Mi ojos son claros, un gris que siempre me gustó.
Y acabando de repasar mis pensamientos sobre mi físico y el de mis padres y explicaciones absurdas veo que ya casi estamos en mi nuevo hogar.
Transville, un pueblucho de las afueras. Las casas son tristes aunque por una parte parecen hogareñas y acogedoras por dentro. Es lo poco que puedo entre ver por las ventanas.
Papá para el coche, creo que ya hemos llegado. Nos bajamos todos del coche e intentamos sacar las maletas del coche como podemos. Sam mientras tanto corretea como perro feliz por el jardín de nuestra nueva casa.
Nuestra nueva casa tiene una verja blanca un poco sucia que rodea todo el jardín. El jardín está un poco descuidado, la casa es grandecita, paredes de afuera blancas y puerta verde oscuro. Ventanas amplias y cristales impecables, no me explico como no hay gotas.
Entramos y a la derecha la cocina, en frente el comedor, a la izquierda el salon y mas adelante la escalera.
Subo la primera para escoger habitación antes que Jean. Voy revisando las habitaciones: una muy pequeña, la otra demasiadas esquinas, una más pequeña aun que la primera que encontré, ¡eh! esta es la mia.
Amplia, paredes moradas, ventana super ancha y perfecta para mi. La cama es de matrimonio con cortinas. Muy monas. Espejo antiguo, debería de ser una reliquia. Parece bastante antiguo. Y el tocador le va a juego. una alfombra de pelo roja y unos cuadros de cuervos negros preciosos.

Se ha pasado todo el día en prepara esto arregla lo otro. Nada que he estado todo el día metida en mi nuevo cuarto desempaquetando y poniéndolo todo en su sitio. En su nuevo sitio.
Cuando bajé para cenar, coles de bruselas, casi prefería acostarme sin cenar.
Papá, mamá y Jean estaban muy contentos. Y Sam también, todos parecían felices en este nuevo e inquietante lugar. No sé porque pero a veces noto una extraña sensación de que me observan. ¡Bah! Tonterías.

Ya es hora de acostarme, aunque no puedo dormirme. Estoy nerviosa, mañana empiezo ya el primer día de instituto aquí, en Transville.

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